Es bien sabido que no todos los casos de suicidio fueron acompañados de señales previas. Es decir, no todos los suicidas dan señales de sus intenciones. Siendo así, ¿cuál es la forma de prevenir el suicidio en estos casos?
En algunos casos, el suicida manifiesta sus intenciones de forma directa, mediante palabras como "ya no quiero seguir", "no puedo más", entre otras.
Pero, en otros casos, el suicida "toma de sorpresa" a todos mediante una acción que, para la mayoría, es completamente inesperado. ¿Cómo, entonces, se puede prevenir en estos casos?
Separemos los casos. Para empezar, ¿cuáles son las señales de ideación suicida? Para la psicóloga Jacqueline Aquino, creadora de Psicología Emocionante, existen señales a nivel comportamental, emocional y mental:
Hay diferentes señales que pueden indicar la presencia de ideación suicida, éstas pueden manifestarse por medio de comportamientos, emociones y pensamientos.
Entre las señales comportamentales, podemos encontrar, alteraciones significativas en la alimentación y sueño, bajo rendimiento laboral y escolar, exposición frecuente a situaciones de riesgo, experimentación de accidentes con regularidad, descuido del arreglo e higiene personal, desprendimiento de sus pertenencias, investigación constante sobre sustancias y armas.
En las señales emocionales, la persona puede experimentar y expresar emociones como la tristeza, desesperanza, enojo, miedo, decepción, incomodidad e irritación.
Y a nivel mental (pensamientos y capacidades cognitivas) hay dificultades en la
atención, memorización y aprendizaje, hay pensamientos negativos y repetitivos,
expresa frases como "nadie me comprende", "me quiero morir", "soy un cobarde" y llega a tener visualizaciones sobre su muerte con frecuencia.
Sin embargo, ¿por qué existen casos en que no se dan señales claras de ideación suicida? La misma psicóloga responde:
Generalmente, hay señales que indican la presencia de ideación suicida en una persona, sin embargo, hay ocasiones en que la persona oculta sus pensamientos y emociones, además que sus acciones llegan a ser disfrazadas, debido a que cree que nadie la comprende y que la única solución a su sufrimiento es quitarse la vida; es por ello que le es muy difícil hablar de su dolor y, por lo tanto, pedir ayuda.
En estas palabras tenemos un motivo principal: la persona no siente que pueda recibir ayuda; no siente que tenga solución.
En estos casos, ¿qué se puede hacer? La psicóloga continúa:
En cambio, si nosotros empezamos a prestar atención en la forma de actuar y hablar de nuestros seres queridos puede marcar un antes y después, ya que los podemos apoyar a que compartan lo que viven y guiarlos a buscar ayuda de su familia, las instituciones pertinentes y los profesionales de salud mental correspondientes.
Ahí entra una de las claves: la atención, la empatía y la detección de cambios, enfatizando cualquier cambio extraño en el comportamiento de la persona.
Cuando no hay estos cambios, ¿qué se puede hacer?
Partamos de la idea mencionada por la psicóloga: "cree que nadie la comprende y que la única solución a su sufrimiento es quitarse la vida". Si tal es el pensamiento, debemos demostrar lo contrario. Es decir, debemos hacerle saber que sí puede ser comprendido y ayudado.
¿Cómo hacer eso? Existe una opción sencilla: preguntar por esa persona con cierta frecuencia, interesarse por su estado y enfatizar, en cada conversación, que estamos allí para él/ella y que puede contar con nosotros si se siente mal. Es posible que el individuo no manifieste señales, pero el sentir que hay alguien que se preocupa por él puede cambiar las cosas, pues dejará de sentirse en completa soledad y, en medio de sus emociones, puede buscar este apoyo en nosotros.
Si analizamos, podemos ver que no es necesario que la persona sea cercana para poder apoyarla; al realizar esta acción, por ejemplo, en nuestros contactos de redes sociales, podemos llegar, sin saberlo, a dar un apoyo a quien lo necesita.
En conclusión, si bien existen casos en que la ideación o conducta suicida no tiene señales, en ambos casos es posible prevenir. Es cierto que es más fácil hacerlo cuando existen indicios, pero, por medio del contacto, la empatía y el tacto con nuestro círculo (aunque no sea cercano), es posible brindar un apoyo a quienes no presentan señales.
Con la participación de la psicóloga Jacqueline Aquino, licenciada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y maestrante en Terapia Cognitivo Conductual por el Centro de Psicoterapia Cognitiva.
Instagram: @psicologia_emocionante